Haizea nos cuenta que en su proceso pedagógico, pero también en el día a día, se ha encontrado a mucha gente con unas capacidades maravillosas que, sin embargo, tienen problemas para mostrarlas, a esto le unimos el sesgo de género en el que las mujeres (y las identidades que viven al margen) tiene que demostrar el doble para sentirnos validadas. El escenario es un reflejo de la vida misma y una excusa maravillosa para trabajar las habilidades sociales, el juego, la puesta en escena, la mirada, la autoconfianza pero sobretodo el disfrute. Por eso ha ideado este taller que comenzará en octubre, con técnicas teatrales, de clown, de improvisación, de recitación y de gamberrismo, para que engañarnos. Está enfocado a personas que toquen instrumentos, que escriban poesía, malabaristas, magas, que hagan cosas y quieran mostrarlas pero también para docentes o que den charlas o personas que quieran trabajar su timidez en el día a día.

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